martes, 1 de julio de 2008

¡Japón: libera a nuestros activistas!


30 junio 2008

Ante el arresto injusto de dos de sus activistas japoneses, la organización ecologista Greenpeace se manifestó frente a la embajada de ese país para exigir su liberación.

Unidos en una protesta internacional junto con Grecia, Estados Unidos, República Checa, Nueva Zelanda, España, Hungría, Eslovenia, Bélgica, Chile, Canadá, Australia y Austria, Francia, Israel y Holanda, los activistas colocaron papeles de colores, de 4 metros de ancho por 3 de alto, para formar el mensaje "Libertad", frente a la representación diplomática y así solicitar la liberación de los japoneses Junichi Sato y Toru Suzuki, quienes fueron arrestados injustamente el pasado 20 de junio tras dar a conocer información sobre tráfico ilegal de carne de ballena. Al mismo tiempo, y debajo del enorme letrero, se colocó la frase en japonés: "Aclaren la verdad: el mundo está observando".

Activistas y ciudadanos tomaron turno para pegar los papeles y formar el mensaje, que fue colocado en frente de las rejas de la embajada. Los papeles representaban las firmas de 15 mil mexicanos que han enviado cartas al primer ministro japonés Yasuo Fukuda, al ministro de relaciones exteriores, Masahiko Komura, y al embajador de Japón en México, Masaaki Ono, exigiendo la liberación de los activistas.

En el mundo, son más de 180 mil las misivas que han recibido los funcionarios japoneses, procedentes de 28 países. Además, se invitó a los asistentes y ciudadanos a firmar en línea la ciberacción en la que se exige la liberación de los activistas, en la página de Greenpeace México.

“Greenpeace Japón puso al descubierto la farsa que representa el programa científico de caza de ballenas. Es claro que tiene fines comerciales y que existen presiones para que esa carne sea puesta a la venta en el mercado negro. Ya se demostró que este tráfico es real y que la corrupción de funcionarios japoneses es evidente. Demandamos que las autoridades investiguen a fondo a los responsables de estos actos y que pongan en libertad a quienes defienden a las ballenas y los ecosistemas marinos”, dijo Alejandro Olivera, coordinador de la campaña de océanos y costas de Greenpeace México.

“La respuesta de las autoridades japonesas se puede calificar como excesiva, injusta y políticamente motivada. Sato y Suzuki declararon ante la policía en su momento cuando ofrecieron todas las pruebas, así mismo ofrecieron toda cooperación y se mostraron disponibles. Ahora las autoridades japonesas los retienen sin ningún cargo”, continuó Olivera.

En este marco, Greenpeace México entregó una segunda carta dirigida al embajador de Japón en México, Masaaki Ono, misma que fue firmada por Patricia Arendar, directora ejecutiva de la organización en nuestro país.

“Como ocurre con el programa de caza de ballenas en el Océano Austral, la detención innecesaria de los activistas de Greenpeace por descubrir la corrupción dentro del sistema, ha generado atención mundial y ensombrece la reputación internacional de su Gobierno justo unos días antes de que sea anfitrión de la Cumbre del G8. Le solicitamos, con carácter de urgente, exponer ante su Gobierno la situación de los activistas detenidos en Aomori, para que se ordene una investigación a fondo sobre el escándalo expuesto por Greenpeace y para que se libere, inmediatamente, a los señores Sato y Suzuki”, expuso Arendar.

Por defender a las ballenas

Junichi Sato, de 31 años y coordinador de la campaña de ballenas de Greenpeace Japón, así como Toru Suzuki, de 41 y voluntario de la organización, son investigados por el supuesto robo de una caja con carne de ballena que fue presentada como evidencia de las denuncias que realizó Greenpeace el 15 de mayo pasado.

Las acusaciones fueron por corrupción y tráfico de carne en el programa de caza de ballenas que realiza Japón y se señala como responsables a miembros de la tripulación del buque ballenero Nishin Maru, que actuaron con el previo conocimiento de funcionarios del Instituto de Investigación de Cetáceos (ICR, por sus siglas en inglés).

Después de hacer público este escándalo, Sato y Suzuki acudieron a la policía para presentar declaraciones por escrito acerca de cómo obtuvieron las pruebas del tráfico de carne de ballena.

El 20 de junio pasado, ambos activistas fueron arrestados en Tokio durante un fuerte operativo policiaco en donde hubo allanamiento de las oficinas de Greenpeace en Japón y de hogares de personal de Greenpeace.

Dos días más tarde, la fiscalía de la Corte de Aomori, a donde fueron trasladados, emitió un fallo para retenerlos sin cargos por diez días a pesar de la evidencia de que no han cometido ningún delito y que no tienen intención de obstaculizar las investigaciones judiciales. El próximo 2 de julio se cumplen los diez días establecidos por la corte.

— Greenpeace

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